Guía para mantenerse hidratado durante las actividades al aire libre
Mantenerse hidratado es clave para mantener la salud general. Estar bien hidratado ayuda a tu cuerpo de varias formas, como a regular la temperatura corporal, prevenir infecciones, mejorar el sueño, repartir nutrientes por todo el cuerpo y mantener los órganos sanos. La importancia de la hidratación también se extiende a tu rendimiento activo. La hidratación ayuda a mantener las articulaciones lubricadas para facilitar el movimiento y prevenir la fatiga muscular, así como disminuir el riesgo de lesiones.
¿Cuánta agua hay que beber para mantenerse hidratado?
Según los profesionales de la salud, hay que beber entre 11,5 y 15,5 vasos de agua al día. Es posible que hayas oído hablar de la regla de los “ocho vasos al día”. Aunque puede ser adecuada para algunas personas, generalmente no tiene en cuenta el ejercicio, la salud general, las enfermedades existentes o los cambios atmosféricos que llevan a consumir más agua para mantenerse hidratado.
Una regla de oro razonable es beber agua (u otros líquidos hidratantes) siempre que tengas sed. La orina de color claro también es indicador de una hidratación adecuada, mientras que la orina de color oscuro puede indicar deshidratación.
Síntomas de la deshidratación
La mayoría de los europeos están crónicamente deshidratados. Esto puede deberse a factores como no beber el tipo adecuado de líquido o no beber lo suficiente para el tipo de cuerpo, así como a una interpretación errónea de los síntomas de la deshidratación. La deshidratación a menudo se interpreta erróneamente como hambre, ya que comparten muchos de los mismos síntomas. Los síntomas de deshidratación incluyen:
Fatiga
Aturdimiento o dolor de cabeza leve
Mareos
Piel tirante o hundida
Boca seca
Orina de color oscuro
Algunos grupos tienen mayor riesgo de sufrir deshidratación crónica. Estos grupos incluyen:
Niños pequeños: los niños pequeños, incluidos los bebés, tienen un mayor riesgo de deshidratación porque tienen un mayor riesgo de diarrea frecuente, vómitos y tienden a perder más líquidos corporales debido a las fiebres altas. En función de la edad, es posible que los niños pequeños no puedan determinar si tienen sed ni pueden ir a por algo de beber. Como padre o madre, puedes combatir esto introduciendo bebidas con electrolitos en su dieta, como Pedialyte, y llevando un seguimiento de la ingesta de líquidos. Antes de introducir algo nuevo en la dieta de tu bebé, asegúrate de hablar con el pediatra.
Mayores: la capacidad de tu cuerpo de almacenar líquidos, así como la capacidad de percibir intensamente la sed, disminuyen con la edad. A los mayores con problemas de movilidad también puede resultarles difícil conseguir agua por sí mismos o utilizar los vasos tradicionales. Como persona mayor o cuidador de una persona mayor, puedes combatir la deshidratación aumentando la ingesta de agua y utilizando accesorios para beber, como pajitas o tapas a prueba de escapes.
Personas con enfermedades crónicas: Muchas enfermedades crónicas aumentan el riesgo de deshidratación, como la diabetes, el cáncer y la enfermedad renal. Ciertos medicamentos pueden tener propiedades diuréticas, que requieren que el usuario aumente su ingesta de agua para compensar la pérdida de líquidos. Estar adecuadamente hidratado también puede contribuir a la reparación celular, lo que puede beneficiar a las personas con una enfermedad crónica.
Qué bebidas consumir
A la hora de mantenerse hidratado, algunas bebidas son mejores que otras. A continuación se presentan algunos de los mejores líquidos para hidratarse, especialmente al embarcarse en actividades al aire libre o hacer ejercicio.
Agua, agua, agua
El agua es lo mejor que puedes beber, tanto durante como después del ejercicio o actividad. El cuerpo humano está compuesto aproximadamente de un 60 % de agua, por lo que el agua se procesa fácilmente cuando se consume. Ayuda al cuerpo de varias maneras, como en la digestión, la multiplicación celular, la producción y regulación de hormonas, así como la prevención de la deshidratación y el cuidado de la salud general.
Electrolitos
Los electrolitos conducen la electricidad cuando se disuelven en agua y son esenciales para muchas funciones corporales. Consumir bebidas con electrolitos es particularmente útil durante y después del ejercicio intenso, especialmente cuando has sudado. Algunas bebidas con electrolitos pueden tener azúcares añadidos y colorantes alimentarios que, probablemente, quieras tener en cuenta, dependiendo de tus preferencias dietéticas o intolerancias alimentarias. El consumo de electrolitos también puede ser útil durante una enfermedad intensa, como la gripe, en la que se pueden perder cantidades excesivas de líquidos corporales debido a fiebre alta, vómitos o diarrea. Las frutas y verduras también son una buena fuente de electrolitos.
Infusiones
El té se hace principalmente de agua, por lo que las opciones sin teína, como las infusiones, son una buena opción para hidratarse. Las infusiones de hierbas, como menta, manzanilla, rosa mosqueta y otras, pueden aportar otros beneficios a la salud además de ser hidratantes. Las infusiones pueden tomarse calientes o frías, y pueden ser un sustituto excelente de las bebidas menos hidratantes para el frío.
Qué bebidas evitar
Aunque se haya desmentido el mito de que las bebidas con cafeína causan deshidratación, no deberían ser tu primera opción para hidratarte por sus otros efectos. Bajadas de azúcar, temblores o nerviosismo, dolores de cabeza leves y náuseas son todos síntomas que pueden provenir del consumo excesivo de las siguientes bebidas.
Café
Cualquier bebida con alto contenido de cafeína, como el café, produce un efecto diurético leve. Si bien esto no contribuye necesariamente a la deshidratación, la sobrecarga de cafeína puede causar ansiedad, aumento de la frecuencia cardíaca y producir dolores de cabeza y fatiga. No son los síntomas ideales para practicar un deporte o hacer un ejercicio extenuante.
Bebidas energéticas
Las bebidas energéticas con alto contenido de cafeína pueden tener el mismo efecto que el exceso de cafeína. Además, los estudios han demostrado que beber bebidas energéticas en exceso puede aumentar el azúcar en sangre y crear tolerancia a la insulina. Esto puede aumentar la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2, que es una afección grave y crónica.
Refrescos
Beber refrescos todos los días puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas hasta en un 26 %. El consumo elevado de azúcar puede provocar bajadas de azúcar antes o durante el ejercicio, con lo que puedes sentirte aturdido, mareado, débil e incluso desmayarte.
Aunque estas bebidas no causan deshidratación específicamente, tienden a producir el efecto contrario al de las bebidas hidratantes, como el agua y las infusiones, en lo que se refiere al rendimiento de la actividad y a la gestión general de la salud.
Hidratación: verano vs. invierno
Mantenerse hidratado en invierno es tan importante como hacerlo en verano. Puede ayudarte a combatir la temporada de resfriados y gripe, evitar que tu piel se agriete debido al aire seco y ayudar a tu cuerpo a regular las temperaturas.
Mantenerse correctamente hidratado durante las actividades invernales, como esquiar, montar en trineo o patinar sobre hielo, sigue siendo importante para reducir el riesgo de sufrir lesiones y fatiga muscular. Durante el invierno, puedes cambiar tu cantimplora habitual por un termo con aislamiento al vacío para poder llevarte fácilmente bebidas calientes en tus aventuras invernales.
¿Por qué no consigo hidratarme?
Si sientes que bebes mucha agua, pero sigues experimentando síntomas de deshidratación, podría deberse a varias razones. No beber suficiente agua para tu peso corporal, sudar sin reponer los electrolitos perdidos y beber demasiada cafeína son motivos por los que puedes no sentirte hidratado. Puedes contrarrestar la deshidratación con algunas rutinas conscientes:
Lleva una botella de agua: adquirir el hábito de llevar una botella de agua contigo a todas tus actividades, incluido el trabajo, las actividades en grupo y otros eventos, puede ayudarte a adquirir el hábito de beber más agua. Los jarros o tazas con aislamiento son opciones populares porque mantienen tu bebida caliente o fría durante horas.
Lleva un seguimiento de la cantidad de agua que consumes: hay varias aplicaciones gratuitas que pueden ayudarte, así como cantimploras diseñadas con un número específico de marcadores para ayudarte a llevar un seguimiento de la hidratación. También puedes crear una rutina a partir de tus actividades diarias, como beber un vaso de agua cada hora mientras estás en el trabajo, para llevar la cuenta.
Hidrátate antes, durante y después de hacer ejercicio: es tan importante hidratarse antes de hacer ejercicio como durante y después. Hidratarse adecuadamente antes de hacer ejercicio te permite disminuir la fatiga muscular e incluso ver mejoras en la resistencia, mientras que mantenerse hidratado mientras haces ejercicio te permite reponer los líquidos vitales perdidos a través del sudor. Hidratarse después de hacer ejercicio puede acelerar el proceso de recuperación.
Lleva suficiente agua: para viajes en familia o escapadas en grupo, especialmente si van niños o mascotas, planifica con anticipación para asegurarte de llevar suficiente agua para todos. Debes tener en cuenta no solo cuántas personas van a ir, sino también los tipos de actividades que se van a hacer. Las actividades de mayor intensidad probablemente significan más sed para todos. Prepararse con suficiente agua para todos es una excelente manera de asegurarte de que tu viaje al aire libre sea seguro para ti, tus animales y los miembros de tu grupo.
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