Ya sabes que dicen que el desayuno es la comida más importante del día. Y si lo preparas la noche anterior, podrás disfrutar fácilmente de un cuenco de avena reposada durante la noche sin encender los fogones. Añade un toque Stanley para liberar espacio en el frigorífico y ahorrar tiempo con esta receta del recipiente de comida y cuchador Stanley Classic Legendary para mantener la avena cocinándose hasta conseguir la textura perfecta mientras duermes.
Ingredientes
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1 cucharadita de aceite de coco
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1/2 cucharadita de canela molida
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1/4 cucharadita de clavo molido
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1/4 cucharadita de nuez moscada molida
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Una pizca de sal marina en escamas
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21 g de avena gruesa
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237 ml de leche de almendras sin azúcar
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1 cucharada de edulcorante de tu elección (agave, miel, azúcar moreno o sirope de arce)
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(opcional) Chupito de bourbon
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(opcional) Aderezos a elegir: frutas frescas o deshidratadas, frutos secos, pepitas de chocolate, etc.
Preparación
- En una cacerola pequeña a fuego medio, derrite el aceite de coco.
- A continuación, añade la sal, especias, edulcorante, leche de almendras (y el bourbon opcional), y remueve para mezclar.
- Añade la avena gruesa y llévalo a ebullición.
- Déjalo hervir durante 2-3 minutos y luego apaga el fuego.
- Vierte la avena en el recipiente de comida Stanley de tu elección y deja reposar durante la noche hasta 10 horas.
- ¡Y disfruta por la mañana! Añade fruta fresca o deshidratada, pepitas de chocolate, nueces picadas, miel o cualquier cosa que te guste.
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